El futurismo como movimiento artístico, tiene sus antecedentes y estos iniciaron con los avances tecnológicos que marcaron una era como el telégrafo, la luz eléctrica, el fonógrafo, el teléfono, el aeroplano, el automóvil, el cine y los rayos X, pero no fue por los objetos en sí, sino por sus atributos sorprendentes de la velocidad, el movimiento, la energía, el tiempo y el sonido. Esta corriente contemporánea, de igual forma, se vio influenciada en el plano del arte con modelos estéticos divisionistas como el rayonismo, el puntillismo, el cubismo analítico y la atomización; otros antecedentes fueron el cubismo y el simbolismo.

El Cubismo dejó ver la ruptura definitiva con el arte tradicional, dicha corriente, en la pintura marcaba multiplicidad de visiones al mismo tiempo y su descomposición geométricamente, con únicos planos. En Francia, Pablo Picasso, con el retrato de Gertrude Stein, de 1906, marcó una transición de la “época rosa” hacia el cubismo, mientras una vanguardia artística se estaba gestando en Italia con el Futurismo.

No existía todavía ninguna obra de este movimiento cuando se publicó el manifiesto de dicha corriente en el diario “Le Figaro” (el primer manifiesto, considerado justo como la primera obra Futurista, aunque en realidad fuera un discurso literario) el 20 de febrero de 1909, por parte de Filippo Tommaso Marinetti, poeta, pensador y editor. Luego vendrían otros manifiestos futuristas italianos; algunos con carácter revolucionario, de ruptura o militantes, que proponían un novedoso ideal sobre la belleza y exaltaban el poder de la industria, el movimiento y las máquinas, el peligro, pero despreciaban un tanto a la mujer.

Ya no hay belleza si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra de arte.
Primer manifiesto futurista.

Fortunato Depero, ‘Rascacielos y túneles’ (Gratticieli e tunnel), 1930.

Pero ¿qué es el Futurismo como movimiento artístico? Se trata de un proceso concreto de protesta contra el Romanticismo de antes y los valores legitimados como “civilizatorios”. Los Futuristas no estaban contentos con las obras artísticas tradicionales, les parecían anacrónicas, mediocres e irracionales y buscaban que la tecnología supliera muchos de los valores del arte.

El movimiento inspiró no sólo a la pintura sino también a la música, la escultura, el cine, la fotografía y hasta la arquitectura, siendo ya una ideología que luego incluso se usaría como arma en los partidos políticos (Partido Futurista Italiano). El arte debía discutirse y toda obra debía estar relacionada con una protesta. Algunos despreciaban el Romanticismo y, en casos más radicales deseaban destruir sus obras.

“Queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso ligero, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo.” Se buscaba revolucionar técnicas consagradas implementando un sistema de “palabras en libertad”; por ejemplo, en la literatura, creían necesario eliminar reglas gramaticales resaltando la esencia intuitiva y dejando de lado la lógica. Algunos manifiestos posteriores resaltaban la violencia y el vacío, lo salvaje.

Las imágenes y los objetos son un pretexto para una pintura, pero es más importante el concepto de cada cosa, para los futuristas, como el dinamismo, la elasticidad, la velocidad, la duración, el vértigo y el flujo, todo aquello físico que viniera de la transformación tecnológica.

Algunos íconos de esta corriente en la pintura y la escultura fueron Giacomo Balla y Umberto Boccioni, Carlo Carrá, Gino Severini y Luigi Russolo, quienes aseguraban cosas como que un auto de carreras es más hermoso que la Victoria de Samotracia.

El estilo del Futurismo.

Los artistas de este movimiento usaban la descomposición y la fragmentación del color, del espacio, de los planos y las formas, para representar lo abstracto, proyectando a veces imágenes caleidoscópicas que resaltaban el movimiento y el dinamismo. Su manifiesto declaraba “un caballo a galope no tiene cuatro patas, tiene veinte”.

Algunos creadores radicales futuristas fueron por ejemplo:

En la música: Francesco Balilla Pratella, quien defendía la autodicción muy alejada de los conservatorios (otros colegas suyos querían incluso que los ruidos fueran enaltecidos.

En la literatura: los escritores Farfa, Buzzi, Fillia, y Sanzin, defendían la ironía y la intuición así como el lirismo, con libertad en la sintaxis que incluían analogías y onomatopeyas.

En la arquitectura: Boccioni (también escribió el “manifiesto de la escultura futurista”), Mazzoni, Somenzi, y Balla proyectaban la estética futurista en las construcciones. Virgilio Marchi fue el autor del manifiesto de la arquitectura futurista y dinámica, promoviendo funcionalidad y aboliendo la decoración.

En el cine: Carlo Ludovico y Anton Giulio defendieron técnicas experimentales con la distorsión de las imágenes, jugando con reflejos a manera de espejos y coloración en el celuloide mostrando más los planos psicológicos a los que no estábamos acostumbrados. Resaltaron los pilares del movimiento, como lo dinámico, la deformación e, incluso, la improvisación en la palabra.

El Futurismo, al paso del tiempo, con sus irracionales prácticas influyó en el rayonismo, el suprematismo, el dadaísmo y el estridentismo. Visiones polémicas las del Futurismo, que hoy en día tal vez guarden algo de relación con nuestra tecnología actual. Si el futurismo hubiera prosperado, ¿dónde quedaría la sensibilidad en el arte, cuando es su materia prima?

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