A lo largo de su carrera ha centrado su obra principalmente en la experiencia estética del tiempo. Por medio de video, instalación, fotografía y escultura y a veces inmovilizando situaciones, su propuesta consta de mantener una conversación con la vida misma y su temporalidad.
Utilizando medios como la fotografía, video, sonido y escultura para capturar la vivencia a través de la estética del tiempo. Con un nihilismo plasma sus obras explorando el paso y la futilidad de la vida, frecuentemente enfocándose en el desenfrenado momento inmovilizado.
Como parte de la exposición Al filo de la navaja, la cual explora la vulnerabilidad con la que nos afrontamos a partir de la pandemia mundial en la que estamos envueltos. La exposición cuenta con obras de artistas nacionales e internacionales, siendo así la pieza titulada Breve historia del tiempo la que se encuentra en la plaza principal del museo.
La pieza fue creada en 2008, cuando Gonzalo Lebrija decide lanzar un auto a una laguna y documentarlo por medio de una cámara de alta velocidad con la que pudo captar el momento exacto en que el auto y el agua estaban a punto de tocarse.
Esta acción se materializó en la escultura Breve historia del tiempo, la cual desafía a la gravedad y transmite la sensación de suspensión temporal al estar frente a ella. La serie de fotografías sustraídas de la documentación que se tituló Entre la vida y la muerte nos recoradaran lo efímero y la valoración con una pieza que no pasa desapercibida en tiempos en los que hemos tomado una pausa para la reflexión redefiniendo nuestra forma de relacionarnos con los demás y valorar los pequeños instantes que se muestran en nuestra vida cotidiana.